“Los juncos salvajes “(título original Les Roseaux
sauvages) es una película francesa dirigida por André Téchiné estrenada en
1994. La película retrata el despertar a la sexualidad, a los afectos y al
compromiso social por parte de unos adolescentes, y su entrada en el mundo
adulto. También se destaca por el tratamiento de la toma de conciencia de su
homosexualidad en la figura del protagonista, interpretado por Gaël Morel.
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Afiche. |
La historia está ambientada en la
Provenza, en los años 60, con la guerra de independencia de Argelia de fondo.
Cuatro estudiantes de un internado, François (Gaël Morel), Serge (Stéphane
Rideau), Maite (Elodie Bouchez) y Henri (Frédéric Gorny) van descubriendo
sentimientos y a su vez se dan cuenta de que su entorno cambia muy rápidamente a
través de las guerras, las bodas y las muertes de sus seres queridos. Para
estos jóvenes de Los juncos salvajes el vivir era apenas algo por descubrir,
unas sensaciones tratando de florecer, un enigma que por momentos parecía
superarlos, pero contaban con su juventud, que los hacía fuertes y flexibles,
como aquellos juncos de la fábula de La Fontaine, doblados sin romperse antes
los vientos que pretendían arrasarlos, bien diferentes al roble.
Tenemos a Maïté, personaje sobre el cual
gravita gran parte de la historia, los muchachos se sienten atraídos hacia ella
cada uno por motivos distintos, pero desembocando en un deseo común. Dos de
ellos son compañeros de clase en el internado: François, un joven introvertido
y con dudas sobre su sexualidad gay, y Serge, un deportista de origen campesino
y de padres italianos, quien acabará perdiendo a su hermano, militar destinado
a su pesar en Argelia; el primero domina la literatura, el segundo las
matemáticas, y se apoyan.
A ellos se suma Henri, un pied noir
(francés nacido en Argelia) obligado a dejar su tierra por la violenta guerra
civil independentista que se llevaba a cabo en esos momentos y que ya ha matado
a su padre, presumiblemente a manos de un ataque terrorista del FLN, un chico
extraño que se pasa el tiempo libre escuchando las noticias de radio del otro
lado del Mediterráneo.
François es un personaje que es sensible
y pasional, con necesidad de afecto. A través de él podemos hasta sentir la
amargura y el dolor de lo que en principio parece un juego de adolescentes que
se convertirá en algo platónico cuando se enamora de Serge.
François lleva con profundo dolor y
confusión lo que siente por Serge. Su novia inocentemente deja que se aclare
con sus sentimientos porque cree que es algo pasajero típico de esa edad.
François incluso acude a un viejo modisto del pueblo abiertamente homosexual a
pedirle consejo.
François le pregunta: “Usted tiene experiencia. Solo usted puede
ayudarme. A mi edad, ¿esto le pasaba? Cuándo le gustaba un muchacho, ¿qué
hacía?”. Y Maïté le confiesa a Serge: “Adivina
qué me gustaría. Te vas a reír…Ser 10 años mayor. Odio ser joven. Es una enorme
carga. Quiero cerrar los ojos y despertarme mucho más tarde, con una vida
propia… una vida que escogería yo, sin mi madre o François. Y, sin embargo, les
quiero a los dos”.
Téchiné logra con sencillez dar vida
propia a estos adolescentes, caracterizándolos con precisión en su
contradicción, muy propia de la edad en que navegan y les mueve el viento, como
juncos: la ambigüedad sexual entre François y Serge (“Odio mostrar mi piel. Me gustaría ser invisible”, dice el primero
al segundo); la breve decepción de Maïté ante la confesión de François de su
apetencia sexual (“Te amo porque nunca
serás mi enemigo. No importa lo que hagas”, le dice ella), pero que sin
embargo él no se perdona (“Soy un marica,
soy un marica,…” se repite frente al espejo); la atracción física ambigua
de Henri y Maïté, que son mostradas con el ánimo de experimentación, de tanteo,
de ver qué pasa, tan propio de la adolescencia.
El ambiente bélico del film enfatiza todo
lo que los personajes viven, una verdadera guerra interna con ellos mismos. La
escena del paseo en la moto, es una de las más destacables del film. En ese
paseo nos damos cuenta de la auténtica relación entre François y Serge. Al ir
sentado detrás, François sabe que Serge no lo puede ver y la expresión que
tiene François es algo entre absoluta felicidad y a la vez amargura ya que va
agarrado a Serge desea que nunca termine ese paseo. Sin embargo, para Serge es
un simple paseo en moto con alguien porque sabe que él es un junco firme que no
necesita donde apoyarse.
Una película altamente recomendada. En el
fondo no trata sobre la homosexualidad solamente, sino que nos describe lo
difícil o lo fácil que puede ser para algunos el despertar de la sexualidad
también para heterosexuales. Fue ganadora de varios premios:
• Premio
del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York a mejor película en lengua
extranjera.
• Premio
Louis-Delluc en 1994.
• Premios
César 1995:
o César
a la mejor película
o César
al mejor director
o César
al mejor guion original o adaptación
• Premio
a la Mejor Película Extranjera en los Los Ángeles Film Critics Association
Awards.
FUENTES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Los_juncos_salvajes
http://www.pediatriabasadaenpruebas.com/2018/06/cine-y-pediatria-442-los-juncos.html
http://ovejarosa.com/cine-lgbt-los-juncos-salvajes/
Comentario cortesía de Matías Silva.
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