viernes, 5 de marzo de 2021

Daniel Zamudio y Matthew Shepard: Dos Crímenes de Odio- Por Prof. Juan Martín Sánchez(*).

 

El 2 de marzo de 2012 Daniel Zamudio fue atacado por cuatro neonazis, fue brutalmente torturado y asesinado, así describía la prensa el horrible ataque: “Le arrancaron parte  de una oreja, le marcaron el cuerpo con símbolos neonazis y le dejaron  caer en varias oportunidades una gran piedra sobre su estómago y también  sobre sus piernas e hicieron palanca en una de ellas hasta que sus  huesos sonaron y la fracturaron”(1).

Tenía tan solo   24 años, vivía con su madre y su abuela, y trabajaba  en una tienda para poder financiar sus proyectos de estudiar actuación.  Seguramente tenía muchos sueños, esperanzas y anhelos, que fueron apagados por una violencia sin sentido. Fue asesinato fue un crimen de odio inspirado en la homofobia, es decir, seamos claros en esto, a Daniel Zamudio lo asesinaron por ser gay. 

Daniel Zamudio.




Cuando me enteré de aquel ataque, mi mente me retrotrajo a un hecho  que recuerdo de mi adolescencia, el asesinato de Matthew Shepard en EEUU, durante el mes de octubre de 1998. Sheppard un joven  gay,  estudiante universitario, fue golpeado torturado y asesinado por  dos jóvenes  en Laramie. En una zona  remota de  las afueras de la ciudad, fue atado en un poste golpeado y  azotado, sus asesinos lo dejaron allí, fue encontrado el día siguiente , cuando lo llevaron al hospital tenía daños en  el tronco encefálico, y heridas en la cabeza, el rostro y el cuello, al  final murió unas seis días  más tarde.

El cruel asesinato de Matthew Shepard inició todo un debate en los EEUU, del que fue protagonista hasta el  propio presidente, la discusión giró en torno a la discriminación, allí  conocimos el concepto de “crímenes de odio”(hate crime), no es que el concepto fuera nuevo,  ya se usaba para denominar ataques contra otros grupos minoritarios, pero comenzó a generalizarse para describir los ataques sufridos por las personas LGBT.







Matthew Shepard


Las similitudes entre ambos crímenes son claras, al igual que Zamudio, Shepard fue brutalmente atacado y abandonado a su suerte para morir por sus atacantes, sobrevivió al ataque y falleció varios días después en un centro  de  salud. En ambos casos, la crueldad extrema y el horror de los hechos, provocaron mucha indignación social y abrieron sendos debates sociales en torno a la homofobia, la discriminación y los crímenes cometidos contra las personas LGBT. Estos debates abrieron camino a la aprobación de legislación específica.

 Así, por ejemplo, en los EEUU existe la “Matthew Shepard and James Byrd, Jr. Hate Crimes Prevention Act” (Ley para la prevención de los delitos de odio Matthew Shepard), que fue aprobada por el congreso del país, en el año 2009. En el caso de Chile, se conoce como “Ley Zamudio”, a la ley Ley 20.609 «Ley antidiscriminación», que fue debatida y aprobada posteriormente a su muerte.

Judy y Dennis Shepard, los padres de Matthew, son reconocidos activistas por los derechos de las personas LGBT. Desde su fundación impulsaron la legislación contra los crímenes de odio, que lleva el nombre de su hijo. La misma fue aprobada en 2009 durante la presidencia de Barack Obama.


Los crímenes de odio son aún  un problema real, todos los  años se registran hechos de esa naturaleza en países de todo el mundo,  Brasil y México están entre los países donde la violencia contra las personas LGBT se da de forma más frecuente. Incluso, las  cifras que se han ido conociendo, muestran además un incremento de dicha violencia durante el año 2020. Nos afectan a todos quienes formamos parte de minorías  y nos demuestra hasta qué punto quienes integramos  minorías  sexuales somos vulnerables a la violencia.

El odio no nace por generación espontánea, surge de los prejuicios y  estos los crean las sociedades y los tramiten a las nuevas generaciones durante el proceso de socialización.  Nos asombra cuando el prejuicio llega a matar. ¿Pero sin llegar tan lejos, cuántas personas encuentran justificaciones para los prejuicios? ¿Cuántos desprecian en  definitiva al otro? .Por  supuesto, tener prejuicios no nos hace asesinos, los prejuicios y los discursos no generan de forma automática crímenes de odio, seguramente influyen otros muchos factores,  pero si no contribuimos  a erradicarlos permitiremos que la sociedad los preserve y los trasmita  a las nuevas generaciones y que contribuyan a perpetuar este tipo de violencia.

Muchos países tienen hoy legislación contra la  discriminación, pero aun así, la discriminación persiste y hay  quienes la justifican escudándose en la “libertad de expresión”, o amparados por la excusa de la “incorrección política”, alentados muchas veces por demagogos inescrupulosos y mercaderes del odio que se auto justifican en discursos religiosos o pseudo científicos.

Los crímenes de odio no solo  se combaten desde el plano legal, sino que fundamentalmente debemos trabajar desde el plano de la cultura y la educación. Porque mientras la cultura siga trasmitiendo visiones que inferiorizan a determinados grupos humanos y justificando su marginación, los violentos van a sentirse justificados por esquemas de pensamiento que han creado las condiciones para la exclusión y la violencia.

En muchos casos, la familia y  el sistema educativo son los lugares donde las personas LGBT reciben más violencia y discriminación.  Situación que genera mucha vulnerabilidad, ya que , justamente, la familia y la educación son los dos pilares donde se forma  la personalidad de alguien, es allí donde se debe combatir la  discriminación, allí radica parte del problema.

El memorial de la diversidad sexual en Chile.El cual lleva el nombre de Daniel Zamudio. Se encuentra en la ciudad de Santiago de Chile.




El mejor homenaje y la mejor forma de recordar a Matthew Shepard y a Daniel Zamudio, así como a tantas otros víctimas de crímenes de odio(muchas veces más anónimas y menos recordadas), es impulsar cambios legales, sociales  y culturales que hagan posible vivir en sociedades libres de homofobia( o LGBTfobia, para extender el alcance del concepto).

Recordar a Shepard y Zamudio es el primer acto de justicia, nunca dejar que sus vidas y sus trágicos finales caigan en el olvido, el segundo paso es trabajar para construir una sociedad donde nadie más sea violentado por ser quien es.

Vivir vidas plenas y trabajar para mejorar la vida de otros, es el mejor modo de honrar a quienes no pudieron hacerlo. Porque sus vidas les fueron arrancadas por el odio.


Notas:

1- "El Mostrador" de Chile, https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2012/03/25/daniel-zamudio-con-muerte-cerebral-y-se-espera-su-deceso-en-las-proximas-horas/?php%20bloginfo(%27url%27);%20?%3E/cultura.






Juan Martín Sánchez: Profesor de Historia.  Integrante de “Águilas Multicolores”. Este artículo se basa en una nota  escrita originalmente en 2012. Pocos días después del asesinato de Daniel Zamudio.  Hoy la publicamos con modificaciones surgidas con los años.



















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