Hace ya un tiempo viene instaurándose en nuestro país (y con
más fuerza aún en otros países vecinos) la idea de que existe un nuevo mal, un
nuevo monstruo a combatir: monstruo que se le ha dado el nombre de “Ideología
de Género”.
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Uno de los lemas usados por los grupos "profamilia". |
No recuerdo cuando fue la primera vez que oí hablar del
término, pero si mal no recuerdo fue hace unos pocos años, de la mano de un
discurso dado por Benigno Blanco, español, ex miembro de “El Foro Español de La
Familia”, y actual miembro del recién creado partido político de España
denominado “Avanza”, de extrema derecha y apoyada por sectores en extremo
conservadores. Blanco denominaba “ideología de género” a muchas cosas distintas
entre sí: las diferenciaba de las dos primeras olas del feminismo y poco menos
que la hacía responsable de todos los males del mundo.
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Benigno Blanco. |
En Chile un afamado pastor llamado Javier Soto
responsabilizó a la “Ideología de género” de los terremotos ocurridos en el
país e incluso de la eliminación de la Copa del Mundo. En Costa Rica se
celebran marchas multitudinarias en contra de la educación sexual y en
Guatemala un proyecto de ley impulsada por el partido de gobierno sugiere
prohibir la “imposición” de dicha “ideología” en los sistemas educativos. En
nuestro país se ha realizado una manifestación el mes pasado, y se está
promocionando una segunda, por parte del grupo llamado “A mis hijos no los
tocan” (algo así como Pro-Vidas pero sin fetitos de yeso, y sin intenciones de
pasar la vergüenza que pasaron en el 2014 cuando votó menos del 10% en el
referéndum frustrado más grande de la historia de nuestro país)
Estos fenómenos son solo la punta del iceberg de una
estructura de pensamiento que viene a instalarse, y contra la que debemos
batallar. Motivo por el cual escribo estas palabras.
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Javier Soto, el polémico pastor chileno. |
Antes que nada, ciertas apreciaciones, la palabra “género”
proviene de las ciencias sociales, y comenzó a ser usada a mediados del siglo
XX, Margaret Mead luego de haberse internado en islas de Oceanía evidenció cómo
la supuesta “norma” y “naturaleza humana” que nos divide inequívocamente en
“varones” y “mujeres” no es ni tan real ni tan universal, y se acuñó el término
para aludir al conjunto de atributos sociales y culturales que se adjudican a
las personas en virtud del sexo, vinculado a roles, atributos de vestimenta,
colores, juegos, profesiones, etcétera. Se debe diferenciar este concepto del
de sexo, concepto muy anterior, germinado desde las ciencias biológicas.
Cuando se habla de “ideología”, podemos estar haciendo
referencia a un conjunto de ideas, creencias y presunciones que describen en
parte cómo funcionan algunas cosas de este mundo. En términos más coloquiales,
algo así como una “lente” con la cual vemos e intentamos dar explicación a
algunos fenómenos que nos rodean.
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Margaret Mead (1901-78). Reconocida antropóloga estadounisense. |
Es así como, unificando ambos conceptos, parecería existir una “ideología de género”, que no es otra cosa que un “conjunto de ideas o prisma a partir del cual leemos la sociedad, sustentada en la noción de que se nos adjudican ciertos atributos sociales en virtud de nuestro sexo”. Quiero dirigir mi exposición sobre todo a quienes se oponen a dicha idea.
Y es aquí el primer gran peligro que se visualiza. Asumir
que existe una “ideología de género”, es crear la falsa dicotomía que separa un
discurso “natural” de un discurso “cultural”. El discurso “natural”, seria
aquel que presume que “sexo” y “género” son sinónimos o que, siendo diferentes,
se relacionan de forma directa y lineal.
Esta dicotomía de la que hablo parte de una falacia que
anula toda forma de discusión (o si no la anula, al menos la dificulta),y me
refiero a la “falacia naturalista” : aquella que consiste en asumir que lo
“natural” es , por sí mismo “deseable” o “bueno” (por llamarle de alguna
forma), y que no puede jamás ser leído desde ningún prisma social y cultural.
La idea de que existe una “naturaleza” propia confecciona la
idea de un “sujeto” independiente incapaz de interferir en cómo esa “cosa” se
desarrolla. Modelo claramente positivista, que vela por la idea de que la
ciencia busca siempre “la verdad natural” y se encuentra ajena de intereses
sociales y marcos culturales. Quienes hablan de “ideología de género”,
sostienen quizá sin saber la falsa idea de que existen discursos ajenos a
cualquier contexto social, discursos que “son”, y punto, casi axiomas, que no
requieren demostración, comprobación empírica ni coherencia lógica, que se
asumen sin debate. La falsa dicotomía que se establece confecciona un panorama
en donde; de un lado tenemos a los que parten de “la verdad instaurada,
impoluta e indiscutible”, y por el otro, a los que “parten de un sesgo
ideológico”. Panorama que, visto con cierta distancia, parecería favorecer a
los primeros, que no deben hacer esfuerzo alguno para sostener sus ideas,
porque estas “son” lo que “son”.
No es menor que quienes hablan de “ideología de género”,
ignoren algunos hechos cruciales, tales como que toda mirada sobre el mundo
(sea cual fuese), implica siempre una mirada sobre qué se entiende por
“femenino” o “masculino”; “hombre” o “mujer”, “macho” o “hembra”, etcétera.
La mirada estrictamente naturalista, biomédica o biológica
dominante (al mejor estilo siglo XIX), se nutre en términos generales de la
equiparación del “género” al “sexo”. Le costó mucho a la Biología empezar a
pensar en distinguir entre ambos términos y la neurobiología molecular está
mostrando cosas interesantes al respecto, que por aún nuevas se conocen poco.
La mirada de la mayor parte de las religiones monoteístas
que la historia ha conocido ha construido siempre –sin excepciones– relatos de
cómo se es “mujer”, y de cómo se “es” hombre. En génesis 1:27 “Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a
imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” Y en Mateo 19:4, “ Jesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel
que los creó, desde el principio LOS HIZO VARON Y HEMBRA”.
Pueden ser citados más ejemplos, pero resulta curioso
evidencia cómo no es posible mirada alguna sobre el mundo que no arroje cierta
concepción de qué entendemos por “ser hombre” o por “ser mujer”, en términos
generales, podríamos quizá decir que no existe una “ideología” que no sea “de
género”.
De todos modos, queda claro que quienes hablan de “ideología
de género” omiten este punto, o al menos hacen de cuenta que no existe. Y se
refieren a “ideología de género” con una liviandad propia de quien prejuzga e
ignora. En términos estrictos, no existe una “ideología de género”, dado que no
existe un único cuerpo teórico que recoja sin contradicciones los múltiples
recorridos históricos, sociales y culturales que se han llevado a cabo durante
años tocantes al tema, y recibiendo aportes de la biología, psicología,
antropología, sociología, filosofía y un larguísimo etcétera; que van desde la
primera ola del feminismo hasta los estudios sobre masculinidades alternativas,
pasando por la teoría queer, los feminismos liberales, las eternas dicotomías
entre los “feminismos de la igualdad” y los “feminismos de la diferencia”, los
LBGT studies, los estudios post-coloniales, lo post-queer, feminismos negros,
etcétera, etcétera, etcétera… O sea, hablar de “ideología de género” e incluir
a todas estas miradas tan disímiles y a menudo contradictorias entre sí es de
un grado de desconocimiento alarmante, equiparable a decir “estudios
religiosos” e incluir las más de 1000 religiones que han existido a lo largo de
la historia en una sola bolsa.
Ahora bien, ¿A qué se oponen quienes hablan de los males que
la “ideología de género promueve”?, cuando analizamos los discursos;
generalmente giran en torno a la crítica sobre tres puntos: 1) Los derechos de
la mujer (o mejor dicho, de las mujeres), que pasan desde el empoderamiento en
sus propios discursos, hasta la despenalización del aborto, pasando por el uso
de métodos anticonceptivos, opciones de vida “alternativas” a la maternidad, etcétera.
2) La población LGBT: la oposición a toda forma de reconocimiento legal entre
personas del mismo sexo (sea matrimonio, unión civil , etc), adopción,
visibilidad trans, políticas de estado tendientes a proteger a la población
trans (grupo claramente vulnerado), etcétera. Y 3), la educación sexual
institucional: expresada claramente en frases tales como “a mis hijos los educo
yo” y otras cosas.
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Convocatoria contra la "ieología de género" en Argentina 2018 |
Me gustaría en realidad aclarar varios puntos, y son los
siguientes. Quienes se oponen a la mal llamada “ideología de género”, se oponen
claramente al empoderamiento de la mujer, a la capacidad de decidir
autónomamente ser o no madres, a las organizaciones familiares diferentes al
modelo clásico que harto conocemos, a la visibilidad de toda manifestación
sexual no heterosexual, a toda expresión de género “supuestamente disfórica”
(cómo si la propia idea de género no fuese disfórica de entrada), a la
educación integral y sana de cualquier individuo. Es decir, quienes se oponen a
dicha ideología, se oponen claramente a que cada uno de nosotros sea libre, a
que podamos hacer uso de nuestros derechos humanos inalienables, a hacer uso de
nuestro erotismo como queramos, a expresarnos sexualmente del modo que nos
sintamos a gusto, a que nuestros futuros niños y niñas reciban una educación
tendiente a que los haga sencillamente, seres más felices, menos prejuiciosos y
libres.
Quienes se oponen a la mal llamada “ideología de género”,
que generalmente utilizan como “caballito de batalla” la idea de que existe una
“imposición” , omiten que su propio movimiento está “imponiendo” una única
manera de vivir la sexualidad, el erotismo, de relacionarnos con nuestros
cuerpos, etcétera.
Quienes hablan de “ideología de género”, por ende, parecen
no conocer qué es una “ideología” y qué es el “género”, parecen desconocer todo
lo existente en el campo de los “Estudios de género” (término quizá más
ajustado), parecen también desconocer qué se entiende por “imposición”, y por
último, parecen empecinados en alimentar una dicotomía entre “discurso natural”
versus “discurso construido” que no resiste el más mínimo análisis.
A modo de cierre, hago un llamado breve al sinceramiento para todos aquellos que se oponen a la “Ideología de género”: ustedes no se oponen a ninguna “ideología que pretende ser impuesta”; ustedes se oponen a que la mujer exista como un ser “independiente del hombre”; se oponen a la idea de que una mujer pueda hablar con voz propia, ustedes legitiman la idea de la mujer como mera incubadora. Ustedes tienen miedo, muchísimo miedo, y el miedo se transforma en odio: ustedes odian a la población LGBT, ustedes no pueden entender que una persona haya nacido con pene y “aún así” sea mujer.
Ustedes legitiman por lo tanto el bulliyng
homolesbotransfóbico en las escuelas y liceos.
Ustedes aprueban la misoginia, el desprecio permanente hacia
todo lo femenino.
Ustedes legitiman que un tipo mate a trompadas a una mujer ,
porque ésta es de “su propiedad”, ustedes nutren la idea de que si una chica
lleva minifaldas y es violada, es su culpa. Ustedes alientan los abortos
clandestinos. Alimentan la cosificación de la mujer.
Ustedes se oponen a que en escuelas y liceos se hablen sin
tabúes sobre estos temas, alimentando más la idea de que “de sexualidad no se
habla”, acarreando miedos, prejuicios, dudas, que repercuten en el pleno y sano
desarrollo psicosexual de niños, niñas y adolescentes.
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Manifestación en Perú año 2019. |
Los opositores a la “IDEOLOGÍA DE GÉNERO”, no se oponen
meramente a un cuerpo teórico, a ciertas ideas o autores, no discuten sobre
contenidos, no se preocupan por la coherencia de sus argumentos. Esta gente se
opone sencillamente, a que un porcentaje muy alto de la población del mundo,
sea un poco más libre, y avalan, en cada posteo, en cada manifestación, en cada
cartelito y concentración, el más visceral odio hacia el otro distinto, la
violencia, el abuso y el desprecio.
*Leander Biloba: Licenciado en Cs Biológicas. Docente de
Biología y Educador Sexual.
Fuente:
Publicado originalmente en: https://revistacomentarios.wordpress.com/numero-1-noviembre-de-2017/sobre-la-ideologia-de-genero-y-otros-mitos/?fbclid=IwAR244yIuhgEFhzlOc7WLxgB09mwAZRvYoHWoVmUMZf2UeH0u-8o0-k2FtcM
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