viernes, 2 de julio de 2021

Sobre la “ideología de género” y otros mitos- Por Leander Biloba(*).

 

Hace ya un tiempo viene instaurándose en nuestro país (y con más fuerza aún en otros países vecinos) la idea de que existe un nuevo mal, un nuevo monstruo a combatir: monstruo que se le ha dado el nombre de “Ideología de Género”.

Uno de los lemas usados por los grupos "profamilia".


No recuerdo cuando fue la primera vez que oí hablar del término, pero si mal no recuerdo fue hace unos pocos años, de la mano de un discurso dado por Benigno Blanco, español, ex miembro de “El Foro Español de La Familia”, y actual miembro del recién creado partido político de España denominado “Avanza”, de extrema derecha y apoyada por sectores en extremo conservadores. Blanco denominaba “ideología de género” a muchas cosas distintas entre sí: las diferenciaba de las dos primeras olas del feminismo y poco menos que la hacía responsable de todos los males del mundo.

Benigno Blanco.


En Chile un afamado pastor llamado Javier Soto responsabilizó a la “Ideología de género” de los terremotos ocurridos en el país e incluso de la eliminación de la Copa del Mundo. En Costa Rica se celebran marchas multitudinarias en contra de la educación sexual y en Guatemala un proyecto de ley impulsada por el partido de gobierno sugiere prohibir la “imposición” de dicha “ideología” en los sistemas educativos. En nuestro país se ha realizado una manifestación el mes pasado, y se está promocionando una segunda, por parte del grupo llamado “A mis hijos no los tocan” (algo así como Pro-Vidas pero sin fetitos de yeso, y sin intenciones de pasar la vergüenza que pasaron en el 2014 cuando votó menos del 10% en el referéndum frustrado más grande de la historia de nuestro país)

Estos fenómenos son solo la punta del iceberg de una estructura de pensamiento que viene a instalarse, y contra la que debemos batallar. Motivo por el cual escribo estas palabras.

Javier Soto, el polémico pastor chileno.


Antes que nada, ciertas apreciaciones, la palabra “género” proviene de las ciencias sociales, y comenzó a ser usada a mediados del siglo XX, Margaret Mead luego de haberse internado en islas de Oceanía evidenció cómo la supuesta “norma” y “naturaleza humana” que nos divide inequívocamente en “varones” y “mujeres” no es ni tan real ni tan universal, y se acuñó el término para aludir al conjunto de atributos sociales y culturales que se adjudican a las personas en virtud del sexo, vinculado a roles, atributos de vestimenta, colores, juegos, profesiones, etcétera. Se debe diferenciar este concepto del de sexo, concepto muy anterior, germinado desde las ciencias biológicas.

Cuando se habla de “ideología”, podemos estar haciendo referencia a un conjunto de ideas, creencias y presunciones que describen en parte cómo funcionan algunas cosas de este mundo. En términos más coloquiales, algo así como una “lente” con la cual vemos e intentamos dar explicación a algunos fenómenos que nos rodean.

Margaret Mead (1901-78). Reconocida antropóloga estadounisense.


Es así como, unificando ambos conceptos, parecería existir una “ideología de género”, que no es otra cosa que un “conjunto de ideas o prisma a partir del cual leemos la sociedad, sustentada en la noción de que se nos adjudican ciertos atributos sociales en virtud de nuestro sexo”. Quiero dirigir mi exposición sobre todo a quienes se oponen a dicha idea.

Y es aquí el primer gran peligro que se visualiza. Asumir que existe una “ideología de género”, es crear la falsa dicotomía que separa un discurso “natural” de un discurso “cultural”. El discurso “natural”, seria aquel que presume que “sexo” y “género” son sinónimos o que, siendo diferentes, se relacionan de forma directa y lineal.

Esta dicotomía de la que hablo parte de una falacia que anula toda forma de discusión (o si no la anula, al menos la dificulta),y me refiero a la “falacia naturalista” : aquella que consiste en asumir que lo “natural” es , por sí mismo “deseable” o “bueno” (por llamarle de alguna forma), y que no puede jamás ser leído desde ningún prisma social y cultural.

La idea de que existe una “naturaleza” propia confecciona la idea de un “sujeto” independiente incapaz de interferir en cómo esa “cosa” se desarrolla. Modelo claramente positivista, que vela por la idea de que la ciencia busca siempre “la verdad natural” y se encuentra ajena de intereses sociales y marcos culturales. Quienes hablan de “ideología de género”, sostienen quizá sin saber la falsa idea de que existen discursos ajenos a cualquier contexto social, discursos que “son”, y punto, casi axiomas, que no requieren demostración, comprobación empírica ni coherencia lógica, que se asumen sin debate. La falsa dicotomía que se establece confecciona un panorama en donde; de un lado tenemos a los que parten de “la verdad instaurada, impoluta e indiscutible”, y por el otro, a los que “parten de un sesgo ideológico”. Panorama que, visto con cierta distancia, parecería favorecer a los primeros, que no deben hacer esfuerzo alguno para sostener sus ideas, porque estas “son” lo que “son”.

No es menor que quienes hablan de “ideología de género”, ignoren algunos hechos cruciales, tales como que toda mirada sobre el mundo (sea cual fuese), implica siempre una mirada sobre qué se entiende por “femenino” o “masculino”; “hombre” o “mujer”, “macho” o “hembra”, etcétera.

La mirada estrictamente naturalista, biomédica o biológica dominante (al mejor estilo siglo XIX), se nutre en términos generales de la equiparación del “género” al “sexo”. Le costó mucho a la Biología empezar a pensar en distinguir entre ambos términos y la neurobiología molecular está mostrando cosas interesantes al respecto, que por aún nuevas se conocen poco.

La mirada de la mayor parte de las religiones monoteístas que la historia ha conocido ha construido siempre –sin excepciones– relatos de cómo se es “mujer”, y de cómo se “es” hombre. En génesis 1:27 “Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” Y en Mateo 19:4, “ Jesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio LOS HIZO VARON Y HEMBRA”.



Pueden ser citados más ejemplos, pero resulta curioso evidencia cómo no es posible mirada alguna sobre el mundo que no arroje cierta concepción de qué entendemos por “ser hombre” o por “ser mujer”, en términos generales, podríamos quizá decir que no existe una “ideología” que no sea “de género”.

De todos modos, queda claro que quienes hablan de “ideología de género” omiten este punto, o al menos hacen de cuenta que no existe. Y se refieren a “ideología de género” con una liviandad propia de quien prejuzga e ignora. En términos estrictos, no existe una “ideología de género”, dado que no existe un único cuerpo teórico que recoja sin contradicciones los múltiples recorridos históricos, sociales y culturales que se han llevado a cabo durante años tocantes al tema, y recibiendo aportes de la biología, psicología, antropología, sociología, filosofía y un larguísimo etcétera; que van desde la primera ola del feminismo hasta los estudios sobre masculinidades alternativas, pasando por la teoría queer, los feminismos liberales, las eternas dicotomías entre los “feminismos de la igualdad” y los “feminismos de la diferencia”, los LBGT studies, los estudios post-coloniales, lo post-queer, feminismos negros, etcétera, etcétera, etcétera… O sea, hablar de “ideología de género” e incluir a todas estas miradas tan disímiles y a menudo contradictorias entre sí es de un grado de desconocimiento alarmante, equiparable a decir “estudios religiosos” e incluir las más de 1000 religiones que han existido a lo largo de la historia en una sola bolsa.



Ahora bien, ¿A qué se oponen quienes hablan de los males que la “ideología de género promueve”?, cuando analizamos los discursos; generalmente giran en torno a la crítica sobre tres puntos: 1) Los derechos de la mujer (o mejor dicho, de las mujeres), que pasan desde el empoderamiento en sus propios discursos, hasta la despenalización del aborto, pasando por el uso de métodos anticonceptivos, opciones de vida “alternativas” a la maternidad, etcétera. 2) La población LGBT: la oposición a toda forma de reconocimiento legal entre personas del mismo sexo (sea matrimonio, unión civil , etc), adopción, visibilidad trans, políticas de estado tendientes a proteger a la población trans (grupo claramente vulnerado), etcétera. Y 3), la educación sexual institucional: expresada claramente en frases tales como “a mis hijos los educo yo” y otras cosas.

Convocatoria contra la "ieología de género" en Argentina 2018


Me gustaría en realidad aclarar varios puntos, y son los siguientes. Quienes se oponen a la mal llamada “ideología de género”, se oponen claramente al empoderamiento de la mujer, a la capacidad de decidir autónomamente ser o no madres, a las organizaciones familiares diferentes al modelo clásico que harto conocemos, a la visibilidad de toda manifestación sexual no heterosexual, a toda expresión de género “supuestamente disfórica” (cómo si la propia idea de género no fuese disfórica de entrada), a la educación integral y sana de cualquier individuo. Es decir, quienes se oponen a dicha ideología, se oponen claramente a que cada uno de nosotros sea libre, a que podamos hacer uso de nuestros derechos humanos inalienables, a hacer uso de nuestro erotismo como queramos, a expresarnos sexualmente del modo que nos sintamos a gusto, a que nuestros futuros niños y niñas reciban una educación tendiente a que los haga sencillamente, seres más felices, menos prejuiciosos y libres.



Quienes se oponen a la mal llamada “ideología de género”, que generalmente utilizan como “caballito de batalla” la idea de que existe una “imposición” , omiten que su propio movimiento está “imponiendo” una única manera de vivir la sexualidad, el erotismo, de relacionarnos con nuestros cuerpos, etcétera.

Quienes hablan de “ideología de género”, por ende, parecen no conocer qué es una “ideología” y qué es el “género”, parecen desconocer todo lo existente en el campo de los “Estudios de género” (término quizá más ajustado), parecen también desconocer qué se entiende por “imposición”, y por último, parecen empecinados en alimentar una dicotomía entre “discurso natural” versus “discurso construido” que no resiste el más mínimo análisis.

A modo de cierre, hago un llamado breve al sinceramiento para todos aquellos que se oponen a la “Ideología de género”: ustedes no se oponen a ninguna “ideología que pretende ser impuesta”; ustedes se oponen a que la mujer exista como un ser “independiente del hombre”; se oponen a la idea de que una mujer pueda hablar con voz propia, ustedes legitiman la idea de la mujer como mera incubadora. Ustedes tienen miedo, muchísimo miedo, y el miedo se transforma en odio: ustedes odian a la población LGBT, ustedes no pueden entender que una persona haya nacido con pene y “aún así” sea mujer.


Ustedes legitiman por lo tanto el bulliyng homolesbotransfóbico en las escuelas y liceos.

 

Ustedes aprueban la misoginia, el desprecio permanente hacia todo lo femenino.

 


Ustedes legitiman que un tipo mate a trompadas a una mujer , porque ésta es de “su propiedad”, ustedes nutren la idea de que si una chica lleva minifaldas y es violada, es su culpa. Ustedes alientan los abortos clandestinos. Alimentan la cosificación de la mujer.

Ustedes se oponen a que en escuelas y liceos se hablen sin tabúes sobre estos temas, alimentando más la idea de que “de sexualidad no se habla”, acarreando miedos, prejuicios, dudas, que repercuten en el pleno y sano desarrollo psicosexual de niños, niñas y adolescentes.

Manifestación en Perú año 2019.


Los opositores a la “IDEOLOGÍA DE GÉNERO”, no se oponen meramente a un cuerpo teórico, a ciertas ideas o autores, no discuten sobre contenidos, no se preocupan por la coherencia de sus argumentos. Esta gente se opone sencillamente, a que un porcentaje muy alto de la población del mundo, sea un poco más libre, y avalan, en cada posteo, en cada manifestación, en cada cartelito y concentración, el más visceral odio hacia el otro distinto, la violencia, el abuso y el desprecio.

 


*Leander Biloba: Licenciado en Cs Biológicas. Docente de Biología y Educador Sexual.

 

Fuente:

 Publicado originalmente en: https://revistacomentarios.wordpress.com/numero-1-noviembre-de-2017/sobre-la-ideologia-de-genero-y-otros-mitos/?fbclid=IwAR244yIuhgEFhzlOc7WLxgB09mwAZRvYoHWoVmUMZf2UeH0u-8o0-k2FtcM

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Matthew Shepard: 26 años de un crimen de odio. Prof. Juan Martín Sánchez

  “(…) el odio existe, todos nos hemos encontrado con él. Tanto a escala microscópica de los individuos como en el corazón de las colectivid...