Entrevista
realizada por Nicolás Martínez.
Publicada el
24/09/2021.
Fue un 28 de junio de 1992, cuando un
grupo de valientes se reunió en la Plaza Libertad. Ese mismo domingo, comenzó a
cimentarse una gesta heroica de reivindicación de la diversidad. Una diversidad
que en su esencia es un símbolo de libertad, una expresión desde el amor de
vivir en una sociedad más igualitaria, donde cada individuo pueda ser quien
desea ser desde el respeto y la alegría. Una diversidad que procura alejarse de
las injusticias y del dedo acusador del que señala y no ama, del que destruye
en vez de construir, del verdugo que elige oprimir.
Desde aquella primera gesta, desde
aquella primera reunión de personas diversas con muchísimos sueños por delante,
han transcurrido 29 años con una infinidad de sucesos, de luchas y de
reivindicaciones. Entre ellas, desde el año 2008 y por resolución de la
Intendencia de Montevideo, septiembre fue declarado el Mes de la Diversidad
Sexual. Y al hablar de diversidad sexual, es referirnos a la posibilidad de
vivir la orientación sexual y la identidad de género con libertad, con
responsabilidad y con alegría. Desde ese lugar de diversidad, nos encontramos
con las personas trans, dentro de estas, los varones trans. Para conocer en
profundidad esta realidad, para responder preguntas y echar luz sobre algunos
mitos, desde El Día conversamos con Rodrigo Falcón, de 50 años, un luchador
incansable con una férrea voluntad movida desde el amor y desde el sueño de la
construcción de una mejor sociedad, una sociedad diversa e inclusiva. Hablar de
Rodrigo, es referirnos a un ejemplo de perseverancia, humildad y compromiso, es
hablar de una gran historia de vida. Para conocer su historia y los desafíos
que debió hacer frente, le presentamos la siguiente entrevista:

P– Qué entendemos cuando nos referimos a
varones trans?
R– Básicamente podemos decir que somos
personas que cuando nacemos se nos asigna un sexo, cuando vamos creciendo y
vamos desarrollando nuestra propia identidad – algo que hacemos todas las
personas, lo único es que las personas cis, coincide su identidad con el sexo
al nacer- y nosotros los varones trans no coincidimos, en nuestro caso
precisamente fuimos asignados al sexo femenino al nacer y luego nos
identificamos con el género masculino. Y aquí se abre un abanico que es
increíble, porque hay varones trans como es mi caso, que tenemos una disforia
grande con nuestros genitales, con nuestro cuerpo, que sentimos que nuestro
cuerpo es un cuerpo equivocado, pero no es la regla general.
En esto, como te decía, el abanico es
muy amplio. Hay chicos que simplemente cambiando su nombre ya están bien, otros
que necesitan de repente hormonizarse, pero no ninguna cirugía, otros que si
cirugía y no hormonas, y tenes de todo un poco. En realidad, si te pones a
pensar es como pasa en todo, no hay dos personas absolutamente iguales en todo,
ni siquiera aquellas que nacieron como gemelos, incluso ellos son diferentes
entre sí. Eso mismo pasa en la diversidad y dentro de las personas trans.
P– ¿Está cuantificada la cantidad de varones
trans en Uruguay?
R– Según el último censo y único en
este sentido que se hizo allá por el 2016, que fue un poco para tener insumos
para lo que fue después la Ley Integral para Personas Trans, según ese censo
éramos un 10% de la población total de las personas trans en Uruguay, que
oscilaba entre las 900, no llegaba a 1000 personas, y obviamente nosotros no
llegábamos a ser 100 varones trans.
Evidentemente esa realidad hoy en día
ha cambiado mucho, para que tengas una idea, solamente en nuestro colectivo y
en el grupo de varones trans mayores de 18 años, somos más de 100, y esto sin
contar los muchos que están dentro del colectivo, pero no forman parte del
grupo, y cuando hablo de grupo me refiero al grupo de WhatsApp que es el lugar
que tenemos para comunicarnos, ser de ayuda, hacer asesorías y demás.
Así que hoy en día no hay un número
real, creo que ese número va a salir después del próximo censo a nivel
nacional, que ahí si por ley, la Ley Integral para Personas Trans, tienen que
poner dentro de las consultas lo que es la identidad de género. Entonces va a
haber para la categoría varón, mujer, varón trans, mujer trans y no binario,
que ahora me entere por el MIDES en el mes de lanzamiento de la diversidad, que
se va también a poder incluir a las personas no binarias dentro del censo. Eso
va a ser algo muy bueno, también para dar visibilidad a las personas no
binarias.
P– ¿Hay dificultades aún en la separación de
orientación sexual y orientación de género?
R– Si, claro. Si bien van de la mano,
no te voy a decir que no, son cosas bien distintas. También es algo que yo
descubrí, hace siete años atrás cuando comencé tímidamente a descubrir todo
esto, yo daba por sentado porque a mí me pasaba, que un varón trans iba a ser
heterosexual y que me iban a gustar y sentir atracción por otras mujeres, y
esto no es así ni tiene porque ser así, el que sea mi caso no quiere decir que
sea la norma, obviamente hay varones trans bisexuales, homosexuales y el
termino novedoso de pansexual, entonces, es un abanico muy amplio dentro de la
sexualidad.
Entonces, aún hoy, hay personas que
les cuesta hacer esa división. De hecho, hace unos días atrás que se hizo un
homenaje a Gloria Álvez, estaba Karina (Pankievich), y se proyectó un fragmento
de lo que fue la primera marcha que fue hace 29 años atrás, donde
increíblemente ella, Karina, en ese momento dice “nosotros los homosexuales
queremos un lugar dentro de la agenda de derechos”, y allí ella se identificaba
como homosexual ¿me explico? Se fue después teniendo más información y al ir
caminando por este camino uno va diciendo “esto va por acá”, “esto tiene este
nombre”. Date cuenta de que aun hoy, hay muchas mujeres trans que por
desconocimiento se siguen llamando homosexuales.
Hay mucho camino por recorrer todavía
y pareciera que siempre vamos persiguiéndola de atrás, porque la sociedad va
cambiando tan rápido, lo veo hoy con la cantidad de gurises que se identifican
como no binarios. Entonces a mí la cabeza se me explota, fíjate que tengo 50
años, para mi toda la vida fue rosa y celeste, no había un término medio, no
había el que no te identificaras con uno o con otro, y hoy estos gurises vienen
así, vienen como formateados distinto, y eso está bueno porque habla de otras
libertades también, no con la cuestión de que bueno, sos hombre y como que
tenés que tener determinados roles, vivir de determinada forma, tener determinado
comportamiento, bueno, ellos vienen con otras libertades que nosotros no
pudimos tener, por eso a mí me costó tanto identificar lo que me pasaba y poder
tener la libertad de decir soy un varón trans y voy a optar por un tratamiento
hormonal que me adecue y me haga feliz.
Y con respecto a estos gurises, creo
que vamos a llegar a un momento, o por lo menos está en mi imaginario, de que
no vamos a necesitar que en un formulario tengas que poner que sexo o identidad
de género tenes, porque son datos irrelevantes, porque si yo te voy a dar un
préstamo a vos, lo que quiero saber es si trabajas o no para devolverme el
dinero, no me interesa con quien intimas, cuantas veces al mes lo haces, no me
interesa nada de tu vida privada y tampoco de tu identidad, porque el número de
cedula tanto de tal persona es el que me va a pagar.
Entonces, hay datos que son
irrelevantes y que tienen que empezar a sacarlos de encima, y en ese momento es
cuando vamos a poder disfrutar de esto de no tener tantas etiquetas. A la hora
de hablar, yo no me presento como Rodrigo Falcón, hombre trans, binario,
heterosexual, no, soy Rodrigo Falcón, y capaz que tiro la data de mi edad de
acuerdo con donde esté hablando. Son cosas que hay que empezar como a
descontracturarse y empezar a quitar lo que no sirve, la información que está
de más.
P– ¿Podría decirse o pareciese que para la
sociedad en general hay menos visibilidad o conocimiento acerca de los varones
trans que de las mujeres trans?
R– Mira, nosotros empezamos a militar
allá por el 2014. Yo me enteré en el 2012 que era un varón trans y no por
alguien de acá de Uruguay, sino por un reality que vi de Argentina, “El Gran Hermano” era el programa. Y
cuando descubrí eso, lo que quería era ya hacer algo con mi vida, transicionar
ya, y me costó dos años de mi vida lograr encontrar a alguien que me indicara
el camino, y aun así tuve que esperar ocho o nueve meses para comenzar el
tratamiento hormonal, imagínate todo el tiempo que paso. Y eso no es porque no
había hombres trans en Uruguay, sino porque los hombres trans tenemos, no si se
llamarlo virtud, porque depende de con quien uno hable puede llamarse virtud o
no, para mi es una virtud el pasar de ser percibido una vez que uno comienza el
tratamiento hormonal. Es decir, yo porque milito y quiero darle visibilidad,
pero si no, podría callarme la boca y paso como un varón más cis género en
todos lados y nadie se daría cuenta. Y es lo que pasó cuando comienzo a
militar, dije bueno, soy el único varón trans en Uruguay – iluso yo al creer
que era el único – hay que hacer algo, porque debe haber algún otro o se va a
empezar a descubrir.
A mí me daba pánico el pensar que
otros estuvieran viviendo lo que yo estaba viviendo, de estar en una identidad
que no me correspondía, con un documento que no me correspondía, viviendo una
vida que yo sentía que no era mía, y me daba pánico pensar que otras personas
estuvieran viviendo lo mismo. Entonces me dije, tengo que salir a decir
muchachos miren que esto existe, ser una persona trans es esto y te podés
amargar la vida si no das el paso de comenzar la transición, y que acá en
Uruguay realmente se puede hacer. Por eso comencé con el colectivo, a tratar de
informar y de informar, y aún hoy, después de siete años, a veces te encontras
con personas que no saben que existimos.
Entonces, cada vez que se habla de
población trans, y a veces también los medios tienen la culpa, porque ahora hay
un colectivo de varones trans y a veces cuando hablan de población trans llaman
siempre a las chicas trans, que no niego que tienen una vida más jodida que la
nuestra por la discriminación y todo lo demás, sí, claro, pero eso no nos deja
a nosotros afuera, porque nosotros tenemos otras problemáticas ¿Acaso se saben
las problemáticas de los varones trans? Que es mucho más sufrida a nivel
emocional, porque acá tampoco vamos a poner en una balanza a ver quien sufre
más, no vamos a ser tan cortitos de mente, en esta estamos juntos, pero no me
dejen afuera. Entonces, cuando se dicen titulares “Personas Trans” ¿que
aparece? mujeres trans, y muchas veces van todavía a las trabajadoras sexuales,
porque tampoco les da la cabeza para pensar que una persona trans, que una
mujer trans puede ser abogada, escribana, etc., pero parece que siempre van a
lo mismo. Es como que también hay que cambiar la cabeza en ese sentido.
P– Recién un poco lo comentabas ¿Cuáles son
las particularidades que diferencian los procesos de los varones trans al de
las mujeres trans?
R– Hay cosas que también, habría que
hilar muy fino y pensarlo como cosas negativas y cosas positivas. Si te puedo
tirar un montón de vivencias, que no son solo mías, sino que son de la mayoría
de los gurises del colectivo, que a lo largo de estos años se va recogiendo
mucha información de ellos. Por ejemplo, las gurisas trans son expulsadas del
hogar o por lo menos, eran históricamente expulsadas del hogar en cuanto
comenzaban a decir y a expresar lo que les estaba pasando, y por el contrario,
lo que les pasa a nuestros gurises y me refiero sobre todo a los adolescentes,
porque los tipos grandes como yo se resuelven su vida, la tienen resuelta o se
manejan, pero lo que pasa con los gurises es primero la negación: “esto se te
va a pasar o esto no es así”, “estás queriendo llamar la atención”, entonces
entran en depresión, no quieren salir de sus casas, obviamente hay intentos de
suicidio, hay suicidios, y esto se ve mucho, por suerte ahora se está hablando
mucho más del tema suicidio, porque era como que de lo que no se habla no
existe, y esto es demasiado importante, la salud mental es sumamente importante
y pareciera que es de las cosas que no existieran, de las que no se hablan ni
se ponen sobre la mesa, y es la salud que es más afectada en nuestros gurises.
Creo que es esto de te sigo viendo como
una niña o como una adolescente mujer, entonces no te voy a expulsar de la
casa, si sos varón si, si queres ser mujer ándate a la calle y manéjate como
puedas, pero vos que naciste como mujer vas a quedarte acá en la casa. Los que
son de mi generación han tenido que sufrir más en esto, de que, como mujer vas
a tener que casarte, vas a deber tener hijos, vas a tener, tener, tener. Hay
mucho mandato social, mucho mandato familiar, y esas cosas han hecho mucha
mella en lo emocional, son de las grandes cosas que hemos tenido que pasar.
Nosotros con el colectivo hemos
empezado a trabajar hace cuestión de unos cuatro años más o menos, con las
familias, entonces ya no somos solamente un colectivo de varones trans.
Trabajamos con la niñez que es muy importante, tenés que ver a las gurisitas y
a los gurisitos en su transición, que la transición en los niños es tan hermosa
porque no requiere más nada que dejarlos vestirse como ellos quieren. Las
nenas, por ejemplo, optan por dejarse el pelo largo, ponerse brochecitos, los
vestiditos, las polleritas, y los varones por otro lado, cortarse el pelo, la
vestimenta también que los haga sentirse más cómodos y un hombre social. Y
comienzan con eso, después cambian los nombres en el documento y no necesitan
más nada.
Obviamente al trabajar con ellos,
primero se trabaja con las familias, con esos papás y esas mamás para que
empiecen a acompañar a esos gurises de la mejor forma posible. Entonces, vas a
tener gurises más sanos emocionalmente, que van a tener otras complicaciones
como cualquier adolescente, pero esas que sufrimos nosotros no. Esas son las
grandes diferencias que yo noto.
P– ¿Cuáles son los principales mitos a los que
deben hacer frente y desmentir o explicar constantemente?
R– El tema de la cirugía, sobre todo el
de adecuación genital. Me acuerdo de una nota que me hizo Omar Gutiérrez hace
unos cuantos años atrás y fue por la radio, y me dijo: “bueno Rodrigo a ver, todo bien, pero acá el vecino y la vecina quieren
saber qué pasa con aquello”. En aquel momento me reí y le expliqué que más
o menos en la situación de hoy en día, no cambia en nada, qué es esto de que la
cirugía para varones trans es mucho más complicada y está en la ley, pero aún
seguimos esperando a ver que va a pasar, porque hoy por hoy no hay nadie
capacitado para realizar esas cirugías.
Ese es uno de los grandes mitos,
pensar que todos los varones trans quieren hacerse una cirugía de adecuación
genital, y te puedo decir que la mayoría de los varones lo que sí quieren es
una mastectomía, que es lo que más te priva de tener una vida más libre, el
poder ir a la playa sin usar una remera o un tape que te presione y te comprima
los pechos. Después, el tema de creer que porque sos varón trans vas a ser
heterosexual seguro. Creo que no es mucho más que eso, que son las preguntas
que te pueden hacer.
P– Refiriéndonos a tu propia historia de vida
¿Cómo fue tu proceso desde lo psicológico, desde lo familiar, y en qué momento
te diste cuenta de que te sentías varón?
R– Esto arranca con dos o tres años.
Me identificaba siempre como varón, incluso cuando hablaba de mi decía que era
un varón, me auto percibía como varón. Ahora, yo me daba cuenta de que no lo
era cuando mi familia me corregía, y está esto siempre de “vos sos nena” “tenés vagina”
“los varones tienen pene”, ese
discursito. Obviamente, estamos hablando de los 70, y si ese discurso hoy está
arraigado, imagínate hace 50 años atrás. Mis padres no tenían la información,
yo no sé si había alguien en Uruguay con esa información como para poder
manejar a un niño transgénero.
Vos vas creciendo y te vas dando
cuenta que tu cuerpo va cambiando a medida que creces, y vos tenés que hacer frente
a eso, o sea, vos no queres que tu cuerpo se desarrolle como femenino, pero no
lo va a hacer de forma masculina, y eso te genera mucha ansiedad, cero ganas de
socializar. De hecho, fui muy tímido, me destape después de hablar tanto y pude
decir soy Rodrigo, pero antes era un tipo sumamente tímido, me dejaba el pelo
largo, el cerquillo para que me tapara los ojos, cosa de que no me pudieran
ver. ¿Desde cuándo me sentí hombre? Desde siempre, desde que nací, desde que
tuve uso de razón, pero obviamente no lo pude expresar, no lo pude poner en
palabras porque ni yo sabía lo que me pasaba, porque cuando empezas a crecer,
decís bueno, no tengo un cuerpo de hombre ¿Por qué mi cerebro piensa, actúa y
siente como un hombre? ¿Cómo puedo hacer que estas dos cosas funcionen?
Sobreviví, yo siento que la palabra justa es decir que sobreviví.
Sobreviví cuarenta y poco de años,
porque no había absolutamente nada en esta vida que me hiciera tener ganas de
vivir, me sentía realmente un tipo frustrado, amargado, y fue gracias a ese
reality. Te puedo asegurar que nunca amé tanto un reality como este, ver en la
pantalla que había un hombre que él decía que había nacido como una niña, yo
decía: “esto es lo que me pasa a mí”.
Entonces, fue la primera vez en mi vida que le pude poner un nombre a lo que me
pasaba, y eso fue el día en que a mí me dio mucha tranquilidad, sentí mucha paz
en mi interior, fue relevador. Ahí me dije: a partir de ahora ¿qué hago con
esta información? Yo perfectamente podría haberme quedado como ese ser que era,
pero no me banque vivir más así, necesitaba mirarme en el espejo y reconocerme,
yo no me reconocía, de hecho, me miraba muy poco en el espejo, y en este
momento no dejo de mirarme. Es como cuando dicen que uno debe quererse primero
a sí mismo para después querer a los demás, yo realmente me amo, realmente me
siento bien conmigo, disfruto verme, y eso creo que los demás lo ven en el
trato, porque no sos más el amargo, mi familia me lo dice, mi mamá, sobre todo.
Fíjate que mis viejos ahora tienen 75
años, yo les dije cuando ellos tenían 68 más o menos, mi mamá es una mujer grande,
evangélica, y todo esto fue un sacudón grande para la familia. También hay que
darles mucho tiempo, no es que al otro día pretendía que me llamaran Rodrigo,
me hubiese encantado que fuese así de sencillo, pero les tuve que dar el tiempo
porque la transición también ellos la tenían que pasar, lo que a mí me llevo
toda mi vida, ellos lo tenían que hacer desde ahora. Tuve que tener mucha
paciencia, cintura, para que ellos de a poco fueran entendiendo de qué iba
esto, también dándoles tranquilidad porque hay un tema de tratamiento hormonal,
cirugías, todo eso y con mucho miedo. Lo mejor fue explicarles cada
procedimiento como iba a ser.
Recuerdo que un día mi mamá se sentó
en mi cama y me dijo como que tenía miedo a no verme nunca más ¿si quiero ver a
mi hija, va a estar acá? Yo no voy a cambiar de un día para el otro, este ser
que vos estás viendo ahora, me llevo 7 años, es como pretender ver a tu hijo
cuando sea viejo, no, van a pasar muchos años para que llegue a viejo, como
para tratarte de ilustrarte un poco el asunto. Y darles paz a ellos, y darles
tranquilidad fue a medida que fui dándoles información de lo que iba a pasar.
Cuando ellos me vieron, yo era un tipo super feliz, que me empezaron a ver
feliz y realizado.
Está también el tema del colectivo, el
que pueda militar y estar siempre con los gurises, transmitiendo el
conocimiento que iba ganando. Para mí es fundamental desparramar esto, lo que a
mí me paso, transmitirlo, y toda la información que hay a lo largo de todos
estos años recabada, también de médicos amigables como les llamamos nosotros,
psicólogos amigables, que te ayuden a transitar de la mejor forma posible.
Entonces, cuando tus viejos ven eso ¿dónde puede haber miedo? ¿dónde puede
haber un malestar? Si te están viendo feliz, y los padres que realmente aman
quieren ver eso, quieren ver hijos felices más allá de todo, estén o no estén
de acuerdo. A esta altura, ya me reconocen como Rodrigo, y no hay más nada que
les pueda pedir, me siento satisfecho.
P– ¿Cuáles son las diferencias si las hay, en
cuanto al proceso de asimilación, si sucede en la niñez, la juventud o la
adultez?
R– Cuantos más chicos son, lo que
favorece en realidad, es que ese niño o esa niña crezcan de una manera más
naturalizada como cualquier otro niño o cualquier otra niña y que no sea
traumático. Por ejemplo, hace poco un adolescente que cambió su documento hace
un tiempito, de camino al liceo, lo agarraron con una barra que era también del
liceo, y le dieron una paliza. Esos gurises sabían que él era trans porque incluso
sabían su nombre anterior. Un niño o una niña que de chiquito cambió su
documento, me refiero a 7 o 8 años, cuando vaya al liceo nadie va a saber, si
él no quiere decir o ella no quiere decir, nadie se va a enterar que es trans,
te digo en la fricción con la sociedad que eso puede ser un tema.
A nivel salud, existen bloqueadores
que se dan antes de la pubertad, que, por ejemplo, ha pasado que tenemos
gurises que tienen 18 o 20 años tienen unas mamas muy grandes, entonces, eso a
la hora de una cirugía, implica cortes más grandes, y báncate la faja antes de
la cirugía, eso es muy incómodo también porque te comprime, no te deja respirar
cómodamente. Entonces, si vos aplicas los bloqueadores tempranamente y
obviamente acompañado todo esto de un profesional, porque no es una receta que
yo te pueda decir usa tal o cual bloqueador, eso todo en manos de profesionales
que van viendo el desarrollo del niño y de la niña previo a los bloqueadores
antes de llegar a la pubertad, te van guiando con el tema de las manos, el
crecimiento de los huesos, acompañados también con terapia, para que todo paso
sea dado con seguridad para el bienestar de esa personita.
También a nivel de salud vos estás
adelantando y estas ahorrando un problema, que van a determinar no solamente en
salud física, sino emocional también, eso es lo bueno. Cuando son más grandes,
ya tienen toda una vida hecha, yo me lo cuestioné mucho, trabajo, amigos…Yo
tuve que ir a decirles a todos mis clientes, trabajo en Palacio de la Música
hace 20 años, que me conocieron siendo de una forma y lo primero con lo que
empecé fueron con las hormonas, entonces me preguntaban qué me pasaba que
estaba ronca, y ahí explicarles que estaba haciendo un tratamiento hormonal, y
todos quedaban de cara, todos me felicitaban, fue rarísimo también. Estuvo de
más porque no tuve rechazo de ningún lado, pero en otras circunstancias y con
menos suerte, pudiera haber quedado hasta sin laburo. Entonces, son cosas que
si vos las empezas de antes, no tenes tanto papeleo que hacer tampoco ni tanto
trámite de hablar con todo el mundo, y los trámites te lo hacen tus viejos. Yo
cambie el nombre con la ley vieja, y eso fue hacer un montón de papeleo, con
audiencia, con abogados, con juez, es mucho más complicado.

P– Si bien lo has mencionado al pasar ¿Cuándo
surge el colectivo Transboys Uruguay?
¿Cuál ha sido su trabajo y cuáles son las proyecciones que hacen a futuro?
R– El colectivo se fundó en el 2014,
en el mes de septiembre, ahora vamos a cumplir los primeros 7 años de vida. En
estos 7 años han pasado un vagón de cosas, pasamos de no tener absolutamente
nada, ninguna hoja de ruta, a hoy por hoy como te decía, los médicos amigables
en cada prestador de servicio, incluso en los públicos también, si vas a tal
policlínica tenes que pedir por tal o cual médico. Desde eso, hasta ser hoy por
hoy, una gran familia, porque a nuestro colectivo lo consideramos como a una
gran familia, porque hay chicos que sus padres no los acompañan, y hay otros
padres que han sido padres sustitutos de ellos, me refiero a chicos adultos,
mayores de 18 años.
Es muy feo cuando vos te cruzas con tu
padre o tu madre y te dan vuelta la cara. Y tenes desde el abrazo de una mamá
que te adopta dentro del colectivo y nos convierte a todos un poco en familia,
y he tenido un poco que ser padre de alguno de ellos también, esto de escuchar,
no dar solamente el asesoramiento que puede ser muy frío a veces, sino la
escucha y la experiencia, tenés que hacer esto, vas a hacer esto otro, el bajar
también la ansiedad. Una de las cosas que siempre les digo es que aprendan a
disfrutar de este camino, de este momento de la transición, porque cuando
recién te sale un pelo por acá y otro por acá, no va a volver, entonces,
disfruta de este proceso, porque también está bueno, esta ansiedad que tenés
por ver los cambios ya, manéjala, disfruta de este camino, y nos hemos
convertido en eso.
Para mí es el mayor de los logros, el
poder identificar a este colectivo que nació en una mesa con seis tipos y a
mucho coraje, porque salí a buscar gente, porque como te dije, pensaba que era
el único, a hoy, tener la cantidad de gente que tenemos en el colectivo y esta
calidad también, de decir que tenemos gente que contenga a otra gente, que
tiene esa capacidad de contener, esa capacidad de brindarse entero, de dar un
abrazo, un consejo a estar ahí en tu casa. Es él te cuido cuando tenés tu
cirugía o venís a mi casa y haces ese tiempo acompañado, o sea, son cosas muy
buenas que hemos tenido, que nos han formado así.
Yo me siento más que satisfecho, y que
queda mucho por hacer, sí. Previo a la pandemia nos habíamos propuesto ir al
interior, porque si Montevideo es complicado, el interior es realmente muy
espeso, muy duro. Tengo historias de gurises que tienen mucha más barba que yo,
son unos osos de peludos y de repente lo ve la vecina y dice: “Chau fulanita, ¿cómo andas?”. De ese
grado y muchas cosas más, peores y groseras, como que no hay atención, para
encontrar un médico hay que revolver mucho, te pasean de un lado a otro, porque
en realidad no quieren atenderte, no quieren tomarse la molestia de atenderte.
Esas cosas pasan en el Uruguay profundo, y te estoy hablando de ciudades,
imagínate los pueblos, cuanto más te alejas de la capital, más complicado es el
tema.
Entonces, lo que teníamos como idea
era salir a territorio a dar los talleres, en 2019 dimos muchos talleres, y los
dimos con Patricia Gambetta que es la mamá referente, o sea, yo soy el
referente de los varones trans, y ella es la referente de las mamás y los
papás. Y salimos con ella y otra gente del colectivo, hicimos muchos talleres
en centros educativos, algunos en el interior. Nuestra idea era salir a todo el
territorio con los talleres a sensibilizar, porque en esto, tenés que hablar,
hablar y mostrar. El primer documental que hicimos con el colectivo cuenta 5
historias, una es la mía, otra es la de Patricia y su familia con su hijo
adolescente, y después había dos adolescentes varones más y una niña trans. Con
ese taller, nosotros lo mostramos y mostramos, y esa es la forma de que la
gente pueda ver que esos gurises, esas personas, con el apoyo familiar, con la
contención familiar, pueden lograr la vida como la de cualquier gurí.
Pero cuando vos nos los apoyas, pasa
lo otro, la exclusión de la familia, la exclusión de los centros educativos, la
exclusión de todos lados porque no tenes cabida en ningún lugar, te echan hasta
si entras en un baño en Tres Cruces, la discriminación está latente. Pero
cuando vos tenés ese apoyo de la familia, tu familia es la que va adelante
cuando sos gurí, te van haciendo como un muro de contención y ese muro nadie se
anima a bajarlo, pero cuando sos más grande, sos vos tu propio muro. La idea es
esa, por la pandemia no pudimos hacerlo y pensamos que, a futuro, esperemos que
en el 2022 salir al territorio con los talleres para visibilizar y concientizar
de nuestras realidades.
P– A casi 4 años de aprobada la Ley Integral
para Personas Trans ¿qué balance haces de su impacto?
R– Lo mejor que sucedió fue el tema
del cambio de nombre, el que hoy sea un trámite administrativo lo hace mucho
más rápido y es lo que mejor funciona. Después con el tema salud hay algunas
cosas que están buenas, pero hay otras cosas que no se están cumpliendo.
Entonces, si tengo que hacer un balance de la ley, menos del 50% se está
cumpliendo, incluso mucho menos. Otra de las cosas que estaban funcionando es
la pensión reparatoria y eso está funcionando. Pero también hay un ministerio y
una sección del MIDES, que está trabajando con mucha fuerza, el cambio de
nombre, la pensión reparatoria está trabajando bien, porque hay gente muy
comprometida en cada uno de esos sectores.
Pero en la salud, nosotros estamos
tratando como colectivo, como formamos parte del Consejo Nacional de
Diversidad, hemos tenido reuniones con el Ministerio de Salud Pública. Estamos
empujando y empujando, pero esto tendría que ser mucho más ágil porque hay una
ley. Por ejemplo, Medica Uruguaya, un prestador de salud privado, se niega a
realizar mastectomía porque dice que hay vacíos legales y no hay ningún vacío
legal, son personas que están pagando. Cuando vos tenés esos casos, decís pah,
¿tenemos que seguir remando? Si, tenemos que seguir remando, y esas son las cosas
que a veces a uno lo cansan. Peleas por tener una ley que sea lo más inclusiva
posible, que trate de abarcar la mayoría de los grandes problemas que tenemos
¿y qué pasa? No la bajas a tierra, o sea, no estoy viendo los frutos.
Hay muchos artículos como puede ser el
de derecho a la vivienda, eso nada, el de los cupos de trabajo tenemos que
andar atrás porque alguna gente no incluye el cupo trans, es complejo. Otra
cosa que falta en la salud es un equipo interdisciplinario, tampoco hay gente
muy comprometida, te puedo nombrar dos o tres equipos de salud que están
trabajando bien, La Española acá arriba, el SMI, el Británico, después los
demás, paupérrimos, y la salud es lo más importante, es lo que más necesitamos
para que la gente deje de auto hormonizarse con cosas dañinas para su cuerpo.
P– Tomando los datos del censo y teniendo en
cuenta la precarización laboral que deben afrontar las mujeres trans en nuestro
país, debiendo acceder muchas veces a la prostitución como modo de generar
ingresos económicos ¿Tienen las mismas dificultades que una mujer trans para
insertarse en el mundo laboral?
– A nosotros nos pasa que, por ahí,
que no es lo mismo si yo voy a buscar trabajo como estoy ahora, que si estoy
comenzando la transición. Si estas híbrido o tenés un aspecto femenino y tenés
el cambio de documento, marchaste. Ese tema es complejo. Tenemos unos varones
trans que son adultos, que son tipos grandes de mi edad y tenés el tema de que
siempre estuvieron en trabajos informales justamente por eso, por verse como
una lesbiana camionera por ponerte un ejemplo gráfico y que visualices, una
mujer muy poco femenina buscando trabajo, lastimosamente quedas excluido de la
formalidad y también del sistema educativo, porque ya te da vergüenza ir al
liceo.
Yo soy un afortunado porque terminé el
liceo, pero en los años de adolescencia, de “torta” para arriba me tuve que
bancar. Entonces, es una agresión constante, hay que ser muy valiente y mirar
para el costado y hacerte el boludo, porque terminabas a las piñas o terminabas
mal y deprimido. Volvemos al tema de hoy, a la discriminación, queda feo el
termino, “no se te nota que sos trans”, es despectivo, porque vos te vas a dar
cuenta porque esa mujer no logró la hormonización previa o los bloqueadores,
porque es algo que se puede hacer ahora, porque mide 2 metros y te vas a dar
cuenta porque tiene una voz más grave.
Y volvemos a lo anterior, tenemos que
educar para que la sociedad sea más inclusiva en lo laboral para que no se
fijen en eso, es como en los lugares que solo contratan rubias, o que no
contratan mujeres, o tenés que tener determinada presencia para que te
contraten. Es muy complejo el tema del trabajo y muchos de los gurises están
apostando a esto de las cuotas para poder entrar, y los que han podido terminar
sus estudios, tienen esas ventajas digamos.
P– Últimamente toda la comunidad política al
unísono, abraza digamos, las banderas de la diversidad y lo promueve ¿Sentís
que es algo genuino o que en parte es una suerte de oportunismo acerca de una
reivindicación por parte de la sociedad y de los movimientos sociales que es
bueno capitalizarlo?
– Yo creo que hay personas dentro de
los distintos partidos que tienen un sentimiento y un compromiso genuinos, pero
no puedo hablar de lo mismo a nivel de partido. Cuando militamos por la
aprobación de la ley, hubo un único partido que nunca participó, ni del
lanzamiento del proyecto de ley que hubo en su momento, ni de ningún debate
llamándonos a la población trans a dar talleres, y te lo puedo decir
abiertamente que fue el Partido Nacional.
Entonces, yo voy a creer que alguien
tiene un real compromiso cuando lo vea trabajar y no solamente en septiembre,
escuche el otro día a Morena que decía que hay gente que te llama para pedirte
cosas o para hacerte una nota, somos trans los doce meses del año y la realidad
es de todos los días, y yo lo digo de forma jocosa, pero hay gurises que no la
pasan bien y eso es parte de lo que tienen que saber. ¿Cuál es el compromiso?
Que me tires migajas, no las quiero. Discúlpame, pero no las quiero, yo quiero
sentarme en la mesa y comer en un plato y con un vaso como cualquier otro ser
humano. Y creo que va a demorar esto, porque si realmente hay un compromiso y
van a querer reivindicarse, les va a llevar tiempo, y no lo hablo por mí, lo hablo
por el resto, a la gente que vos quieras venderle algo, algunos hay que lo van
a comprar, pero no todos.

P– ¿Cómo fue recibido tanto por vos como por
el colectivo, la negativa desde la Intendencia de Montevideo a la realización
de la Marcha de la Diversidad?
R– Algunos se enojaron, es como todo.
Creo que puede ser algo estratégico, yo escuche la declaración de Carolina
(Cosse) y ella dijo vamos a cortar el tránsito, va a haber cuidado, vamos a
estar ahí, no se va a negar que se haga la marcha, pero no podemos autorizar. A
mí no me complica en nada porque vamos a marchar igual. Distinto sería el
discurso y si me enojaría, si ella dijera no pueden marchar, y si marchan van a
ser desalojados por la policía. Creo que lo sé está, es mirando un poco un decreto
que hay, porque si hay un decreto que está más arriba, no tiene más remedio que
aceptarlo.
P– ¿Cuáles son los estándares de la sociedad
con los que aún deben seguir luchando y cuáles son los desafíos que aún quedan
por delante?
– Yo soy un tipo cristiano, 33 años de
mi vida estuve dentro de la Iglesia Evangélica entonces conozco muy bien la
interna, y lamentablemente, mucha gente se ha quedado en el cristianismo o en
la fe dentro de la Iglesia, en una forma de creer en Dios que pareciera que
solo te habla ahí dentro y por boca del pastor, es un Dios tan chiquito que no
tiene la posibilidad de hablar contigo y eso es un gran muro que tenemos,
porque hay muchas iglesias y obviamente se apadrinaron en un momento con un
sector del Partido Nacional, donde hay gente muy conservadora, que piensan que
tienen la potestad de ser jueces y también verdugos, en ir en contra de la Ley
Trans, de ir en contra de nuestros derechos. Y esta gente que tienen fe,
piensan que realmente Dios es tan chiquito, que, si el realmente siente que yo
estorbo, no me puede sacar, no puede hacer nada para callar mi voz, tienen que
ser ellos quienes traten de callar mi voz, y capaz que eso es lo más feo.
Yo solamente veo lo que ha hecho en
Brasil la Iglesia, y me da pánico, y yo vi lo que hizo la Iglesia acá en
Uruguay, de invitar a gente del Partido Nacional haciendo campaña dentro de la
Iglesia y me dio vergüenza ¿Cuándo la Iglesia se mezcló con política
partidaria? Eso es algo que me enseñaron dentro de la Iglesia, eso jamás debe
pasar, el lavado de cabeza. Entonces, una de las cosas con las que nosotros
debemos lidiar, es con el fanatismo religioso, el fundamentalismo, personas que
son muy radicales y que se quedaron en el tiempo. Tiene cosas muy buenas la
militancia, y una de ellas es haberme encontrado con gente de la Iglesia
Metodista Valdense, y que ellos abrieran su iglesia para escucharnos. Hubo una
reunión donde hubo varios referentes de distintas iglesias y abrieron ese
espacio para escucharnos a nosotros, y tomar de primera persona de qué trataba
la Ley Trans, para entender y difundir la verdad, me sentí tan bien, pero tan
bien. Porque obviamente, al ser un tipo de fe yo digo, lo que me corre por las
venas es tratar de ayudar, es tratar de dar, de no ser egoísta con lo que
tenés, y cuando vos te das contra la pared con un montón de gente que se supone
que es cristiana y te rechaza continuamente, vos decís: pah, ¿dónde queda la
fe? ¿Dónde queda el amor de Dios? ¿Dónde queda la enseñanza de Jesús?
Yo no me canso de repasar en mi mente
las enseñanzas que ese tipo hizo, que estuvo increíblemente 33 años de su vida
dentro de una Iglesia recabando toda la información, y después salió y dio
vuelta todo, revolucionó todo, revolucionó la vida de todos, haciendo esto,
dando, siendo genuino, repartiendo amor, cambiando las reglas de todo.
Entonces, cuando veo eso, me digo: ¿Dónde quedó todo eso? Se lo olvidaron,
después de tantos años dieron vuelta todo, y crearon una Iglesia a su
semejanza, crearon una Iglesia con determinados criterios que tienen que ver
con otras cosas que nada tienen que ver con el amor que es genuino y que todo
le puede.
Cuando me encontré con esta otra
Iglesia, me dije que estos de verdad entendieron como son las cosas, estos de
verdad tienen ese real amor. Y los desafíos son muchos, para mí el más grande
es este que te decía de lograr una sociedad que a estas alturas capaz que es
una utopía, pero que realmente sea inclusiva, que pueda ser empática, y no
solamente con las personas trans, sino con todos los que estamos viviendo
alrededor. Y más con esta pandemia que nos azotó, tuvimos un cambio de gobierno
que eso también destartala mucho, mira que nosotros como colectivo no tenemos
banderas políticas, eso es algo que tenemos muy claro y es algo que a cada
persona que entra al colectivo es lo primero que le decimos. No tenemos
banderas políticas y vamos a trabajar con cualquier gobierno, sea quien sea, y
le vamos a patear a cualquier gobierno también cuando haya que hacerlo.
Pero volviendo a lo que estábamos,
todo esto nos descalabro, pero estamos viendo que vos ves mucha más gente en la
calle, y hay gente que se demuestra, que está ahí para ofrecer un plato de
comida, armar una olla popular, buscar ropa en el invierno, hacer mil cosas,
pero esta la otra que mira de costado, esta otra que no le importa y
lamentablemente, algo que yo tengo que reconocer y que tengo que aceptarlo, es
que siempre va a haber gente que no le importe el otro, siempre va a haber
gente egoísta. Pero mi idea es minimizar eso, mi idea es si yo a vos te cuento
mi historia, capaz que logro que me entiendas porque hago lo que hago, porque
vivo como vivo. Ese es el primer paso, contarte mi historia, ver si logro que
puedas empatizar conmigo, y eso es lo que quiero hacer con cada uruguayo, con
cada uruguaya, para que no pase solamente acá en Montevideo, sino en todo el
país. Esa es mi idea, esa es mi gran meta y esperemos que algún día se cumpla.
P– ¿Te gustaría dejar un mensaje final?
– Creo que, si nos detenemos un
segundo a quitar la mirada de nosotros mismos, vamos a poder ver un mundo tan
maravilloso de otro abanico de personas tan distintas, de las cuales podemos
aprender muchísimo. Solamente tenemos que quitarnos la mirada de nosotros
mismos y mirar a nuestro alrededor, y no solamente a las personas de nuestra
franja etaria, sino el mirarnos todos, porque aprendemos mucho de los niños, de
esa simpleza, de esa ingenuidad. Y aprendemos muchísimo de la rebeldía del
adolescente, y ni que hablar de los viejos como yo, de los veteranos que
tenemos la fortaleza de ir por nuestros objetivos o nuestras metas a pesar de
que el calendario diga: ¿y después de tantos años vividos vas a cambiar? Si,
voy a cambiar, y cada día me propongo a mí mismo tratar de cambiar un poquito
más. Quiero ser un mejor tipo, para mi pareja, para el amor de mi vida, para mi
familia, para el resto de la sociedad.
* Publicado originalmente en "El Día".
Fuente: https://diarioeldia.uy/sitio/genero-y-diversidad/ser-varon-trans-entrevista-a-rodrigo-falcon/